martes, 14 de octubre de 2008

Sábado 18 de octubre 19:00 Hrs. Música Andina "Zon Brigatier" en el Centro Cultural El Candil





Tito M. Eztalon Brigatier
y
Oliver Y. Eztalon Brigatier

C o o p e r a c i ó n $ 2 0

Venta de productos artesanales
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Paradojas latinoamericanas: La música indígena de Los Andes.
"ciudad erigida con la sangre y el sudor de los que revuelven el mundo".
–Kilku Warak’a - Andrés Alencaste (Perú), del poema Makupikcu (Machupicchu), 1952.

Durante el siglo XX, las sociedades andinas sufrieron drásticos cambios que influenciaron los desarrollos musicales. Bolivia, por ejemplo, vivió una revolución nacionalista en 1952 que produjo más reconocimiento de las culturas indígenas que en otros países de la región. El gobierno boliviano fomentó el desarrollo de la música aymara, y las estaciones de radio hicieron famosos a varios grupos típicos del altiplano. Estos trabajos musicales llamaron la atención de algunos movimientos culturales que estaban interesados en el cambio social de izquierda en otros países también. En Chile, por ejemplo, varios miembros de la “Nueva Canción” latinoamericana se interesaron en fomentar e integrar la música aymara en sus trabajos. Esta música se hizo muy famosa con la producción de grupos chilenos universitarios que no eran exactamente indígenas–Illapu, Quilapayún e Inti-Illimani, entre ellos–. Durante las décadas de 1960 y 70, los miembros de estos grupos investigaron la música tradicional de la cultura aymara en el altiplano boliviano, y adaptaron su instrumentación y ritmo para producir creaciones musicales de gran originalidad y fuerza lírica. Por razones tanto políticas como estéticas, este tipo de música se popularizó rápidamente por América Latina en los años sesenta. Más tarde, cuando estos grupos se exiliaron durante los años setenta para huir de la represión militar de la dictadura de Pinochet, su música también alcanzó gran difusión en Europa. Además, Simon & Garfunkel hicieron famosa la música andina entre el público norteamericano con la canción “El cóndor pasa” (1970), basada en un arreglo que hizo Jorge Milchberg sobre un tema tradicional de origen incaico que el peruano Daniel Alomía Robles (1871-1942) había incorporado a una suite instrumental en 1913. Paul Simon descubrió esta canción cuando asistió a un concierto de un grupo de música indígena de Los Andes en París. La complicada historia de “El cóndor pasa”, hoy grabada en infinidad de versiones, muestra el camino laberíntico por el cual la “música andina” llegó a ser un género reconocido en todo el mundo. Es también una buena metáfora de la paradójica historia de las culturas indígenas latinoamericanas: después de siglos de marginalidad, una buena parte del respeto que han obtenido para su autonomía cultural proviene de la atención académica y comercial moderna e internacional. La paradoja es, pues, que estas culturas con frecuencia primero tienen que hacerse 'modernas' y recibir antención internacional para poder luego defender sus derechos y su modo de vida tradicional en sus propios países de origen. El elemento más característico de la música andina es la instrumentación, que proviene de las culturas aymara y quechua. Los instrumentos de viento (aerófonos) han existido desde antes del imperio incaico. Los más famosos son los sikus (aymara), antaras (quechua) o zampoñas (español), compuestos de 15 o 13 tubos de bambú amarrados en dos hileras, y la quena, flauta vertical de madera con seis orificios. Los españoles trajeron las cuerdas (cordófonos) como la guitarra, y desde la época colonial se inventaron instrumentos típicos en muchas regiones de América Latina. El más conocido en el mundo andino es el charango, una guitarra pequeña de diez o doce cuerdas que tradicionalmente se hacía con la concha del quirquincho, nombre aymara dell armadillo. En la percusión, el bombo, un tambor grande tocado con mazas de cuero, es bastante común. Hay diversas formas tradicionales de danza y música andina que practican las poblaciones indígenas de cada país. Algunos de los ejemplos más famosos son el huayno y la danza del cóndor en Perú, el sanjuanito y el danzante de Ecuador, las kullaguas del altiplano boliviano y los carnavalitos bolivianos, chilenos y argentinos. La música andina es también un elemento fundamental de numerosas celebraciones y festivales, como es el caso del famoso carnaval de Oruro, en Bolivia. Todos estos ritmos continúan inspirando y produciendo formas modernas que mezclan lo tradicional con lo moderno. Artistas 'pop' como Shakira y Carlos Vives, salseros como Rubén Blades, y creadores de música electrónica tipo 'Trance' como Mikie González, incorporan en algunas de sus obras la riqueza instrumental y rítmica de la música andina.
Enrique Yepes

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